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sábado, 17 de noviembre de 2012

Diario de Viaje: Finlandia, segundo día

Catedral Luterana de Helsinki

Buenos días desde Finland Live! Voy a seguir contándoos mi recorrido por este país nórdico. En posts anteriores os indiqué cómo podíais plantearos el viaje y os ofrecí algunos consejos para llevar a la práctica esa planificación. Así que, a partir de ahora, os detallaré cómo fueron todos y cada uno de los días que pasé allí mi primera vez. Hoy, toca el segundo día en Finlandia

Como ya os conté, me alojé en Helskini y, a partir de ahí, me movería de un sitio para otro. Después de hacer la primera toma de contacto el día anterior, me plantee ver la ciudad más allá de los ojos de un turista y decidí que tenía que hacer todo lo posible por respirar la capital como un finlandés más, no como un simple visitante. Esto influyó en el planteamiento del viaje porque me llevó a dividir los días que estaría allí de una forma concreta y muy sencilla: Pasaría un día en Helsinki y otro fuera de Helsinki. Así que distribuí mentalmente la ciudad en varias partes. Eso me permitió conocerla bien, de una forma tranquila, y mezclarme con los autóctonos. Es la única forma que existe de vivir la capital tal y como lo hacen los finlandeses, o al menos la única que a mi se me ocurrió. Antes de empezar os aconsejaría que fuerais ya con mapas de Helsinki y de cualquier otra ciudad de Finlandia en vuestras manos, todo es más sencillo, aunque, en Helsinki, por ejemplo, tenéis una oficina de turismo muy cerca de la Plaza del Mercado y, no sé cómo denominarlo, "ayudantes del turista" por toda la ciudad. Son voluntarios finlandeses que, con un peto verde y el signo de la "I" de información turística, pasean por la capital para ayudar a todos los visitantes. Además cuentan con puestos fijos repartidos por la ciudad. 

Ahora sí, comienza mi periplo por Helsinki. Me levanté tarde ese día, el viaje en avión y trasnochar el día anterior me llevaron al cansancio más absoluto y pese a que la luz empezó a entrar muy pronto por la ventana, ese día no me percaté de ello. He de contaros que amanece muy muy temprano para nosotros, los españoles. Si sois como yo que, en cuanto os entra un rayo de sol, no podéis dormir, pues os despertaréis más pronto todavía. Respecto a esto, he de deciros que fue en ese momento cuando fui consciente de las diferencias de luz que existen con España. Ya os conté que, la noche anterior, oscureció muy tarde y, al día siguiente, descubrí que amanecía muy pronto. Así que me di cuenta de que yo estaba programada para ver anochecer y no tanto para ver amanecer tan tan temprano, aunque eso cambió cuando empecé a vivir aquí. El cuerpo se adapta a todo. El día me trajo un sol radiante. Después de hacer los quehaceres rutinarios, desayuno, ducha, etc... Salí del hotel. Como os comenté, éste estaba en pleno centro de Helsinki, así que con caminar dos minutos ya estaba en el meollo de la capital. 

La primera parada la hice en la Estación Central de tren de Helsinki, denominada Rautatieasema en finés. Esta estación es un icono de la ciudad. Es mucho más que una simple estación de tren. Es el centro neurálgico de la capital, desde allí puedes ir prácticamente a cualquier parte de Finlandia, así que es el punto de conexión más importante de Helsinki, y casi del país. Más allá de eso, es también un ejemplo de la cultura finlandesa porque es una muestra de la arquitectura de Finlandia. Está hecha de granito finlandés y sus máximos exponentes son la Torre del Reloj y las dos Estatuas que vigilan la puerta principal con dos lámparas en sus manos que, cuando se encienden, por la noche son impresionantes. Las estatuas se han convertido en otro símbolo más y podéis verlas repartidas por la ciudad en otros lugares, por ejemplo, en el parque de atracciones de  Linnanmäki.

Fotografía de Jyrki Kasvi. Parlamento
Desde la estación central, fui dando un paseo tranquilo con el objetivo de llegar al Parlamento, Eduskunta en finés, situado en la colina de Arcadia. Es un edificio impresionante, con unas escaleras empinadas que le dan una majestuosidad inolvidable. Cuando te sientas en las escaleras, para simplemente hacerte una foto, te sientes tan pequeñita... Como ya os he contado en otras ocasiones, y es típico en  Finlandia, sólo puedo deciros que su arquitectura es grandiosa y su diseño cuidado, limpio y medido. Los catorce capiteles que sostienen la "casa del Parlamento", nos permiten disfrutar de la combinación del clasicismo y el estilo modernista. Este edificio fue levantado en honor a la independencia de Finlandia y, como no podía ser de otra forma, está hecho con granito y materiales finlandeses. Además, es otra muestra de la arquitectura del país. Para vuestra información, todos podemos conocer el Parlamento por dentro. Se organizan visitas guiadas que, creo recordar, eran todos los sábados y domingos y en julio y en agosto también los días de diario a las 13.00 h. No recuerdo bien y no he encontrado los horarios. No obstante, nos os preocupéis porque en la puerta principal hay un cartel en el que se os informa de estos horarios, aunque siempre podéis preguntar a la entrada. También la biblioteca está abierta para todo el mundo que quiera conocerla. Allí delante pensé "es más fácil conocer el Parlamento de Finlandia que el de mi país", pero eso es otra historia. 

Fotografía de Thermos. Museo Nacional
Seguí mi camino atravesando parques verdes y llenos de flores de colores hasta llegar al Museo Nacional de Finlandia. Aquí, os tengo que decir, aluciné. Es precioso. Nada más entrar sientes que, por fin, estás viviendo la cultura finlandesa. Cuando das el primer paso hacia el interior, el Kalevala te da la bienvenida. En la cúpula de la entrada veréis cuatro frescos impresionantes de cuatro de los cantos más importantes del poema épico finlandés. Ese día no entré porque fui a solicitar información sobre precios, horarios, etc. Mi visita al Museo estaba planeada para otro momento y, como empecé el día muy tarde, era ya casi la hora de comer. Pero, en ese momento, decidí que era algo que no podía perderme ni de broma. Así que ya os contaré cómo es y lo que podéis encontraros en él el día correspondiente. Ahora sólo os dejo un "aperitivo" de lo que vi, nada más entrar, con mi canto y fresco favoritos: La Defensa del Sampo.


Continué el recorrido en busca de la Iglesia de Temppeliaukio, situada en el distrito de Töölö, cerca del Museo Nacional. Esta iglesia luterana está en el interior de una enorme roca a la que llega la luz natural a través de una enorme cúpula de cristal. Las rocas que podréis ver alrededor son las originales. Es un templo que suele utilizarse para ofrecer conciertos en directo porque la acústica es increíble. El órgano es una exquisitez y, para mi, representa una vez más el arte finlandés: sencillo, limpio y espectacular. La entrada es gratuita, así que no os la perdáis. 

Iglesia de Temppeliaukio

Después de esto, regresé al punto inicial para buscar un sitio en el que comer. Atravesé Kamppi, otro punto importante de Helsinki, en el que se ubica uno de los centros comerciales más importantes de la ciudad, presidido por una plaza que es el punto de encuentro de jóvenes y adultos en la noche de Helsinki. Pasé por allí porque Kamppi estaba a un minuto de mi hotel, así que todos los días veía el movimiento que se producía en la plaza. Atravesando Kamppi y cogiendo la calle principal, que me recordó un poco a Callao de Madrid, llegué a un restaurante que me habían recomendado, barato y de comida internacional. Se llama Iguana Ravintolat. Hay varios distribuidos por toda la ciudad y es un restaurante tipo buffet. Me ofrecieron un menú con bebida que no llegó a los 10 euros y pude comer pasta, ensalada, fruta y bebida. Eso sí, si pedís agua, tened en cuenta que os darán un vaso grande de agua del grifo, sí, del grifo. La verdad es que yo me quedé ojiplática cuando pedí agua y me dieron, eso, un vaso de agua. No sólo me ocurrió en este restaurante, sino en muchos más, hasta en el McDonal's te daban un vaso grande con agua y hielo. Tiene todo una razón sencilla. El agua es buenísima, es gratis y es muy natural, no sólo en Finlandia si no en todo el norte, beber agua del grifo y no pagar por una botella. Si quieres agua embotellada, la hay, pero tenéis que especificar.

Cuando terminé de comer, continué mi camino y, antes de llegar a la famosa y, para mi, querida Plaza del Mercado, paré en uno de los miles de puestos de helados que hay por el centro para tomarme uno, sentarme en una de las miles de terrazas que os encontraréis en Helsinki, como cualquier otro finlandés de a pie, y disfrutar del sol de ese día. Tomar helado en Finlandia es algo super típico en cualquier época del año. Al reiniciar mi recorrido, una vez más, llegué a, lo que se conoce como, Espan Lava, es un espacio de música al aire libre que se lleva a cabo desde mayo hasta septiembre, más o menos, es decir, durante todo el verano finlandés. Este espacio os permitirá disfrutar de las actuaciones de músicos finlandeses y extranjeros de distintos estilos (jazz, folk, rock...). Para ellos, además, es una forma de empujar a las nuevas promesas musicales del país. Yo disfruté esa tarde de un concierto de un grupo de jóvenes finlandeses que tocaban un estilo entre el reggae y hip hop muy divertido. Lo pasé genial, fue un espectáculo. 

Plaza del Mercado
Después del concierto, pasee por la Plaza del Mecado, como tantas otras veces hice durante mi estancia allí. Para mi es el alma de la ciudad. Todo el mundo pasa por allí para comprar frutas, pescado fresco, gorros para el invierno y un largo etcétera. Allí iba a empaparme de ese alma. La sensación es indescriptible, no puedo explicárosla con palabras. Después, aproveché que estaba a dos minutos, y visité la Catedral Luterana de Helsinki. Esta catedral preside, majestuosa, la Plaza del Senado. Es otro icono de la ciudad. El domo verde más grande se puede ver, casi, desde cualquier punto de la capital. Sientes como si te estuviera dando la bienvenida a la ciudad: "This is Helsinki. Welcome". Es sencilla, limpia y, para mi, roza la perfección. Su interior es igual de fino y sofisticado. En su simpleza, está su belleza. Cada vez que la miro, los pelos se me ponen de punta. A día de hoy, es mi amor verdadero. No puedo deciros más. Os dejo con imágenes. Únicamente añado que el órgano es sobrecogedor. Una vez más, aproveché para tantear el terreno. Así que descubrí que la Biblioteca Nacional estaba a un lado de la catedral y lo mismo ocurría con la Universidad. Ya era tarde, así que esta visita tuve que dejarla para otro día porque ya estaba cerrado al público. 

Catedral Luterana de Helsinki

Sin darme cuenta, ya se me había pasado el día. Así que, volví al hotel, después de entrar en algunas tiendas de souvenirs, ducha rápida y a vivir la noche finlandesa una vez más. Esta vez, visité el Bar Base, en el que se ofrecen actuaciones en directo, algo muy extendido en prácticamente todo los pubs en Helsinki, y se puede disfrutar de unas cervezas y de buena música, rock y metal eso sí, en tranquilidad y con los amigos. La decoración os lo dirá todo, os dejo la página web oficial para que descubráis su mundo. Después de unas cervezas, volví al hotel. El día siguiente sería duro, tocaba Turku y un madrugón considerable, aunque mereció la pena, pero eso ya os lo contaré en el siguiente post. Espero que hayáis disfrutado. 

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