Un día más, y después de una semana dejémoslo en intensa, me toca parar, respirar y reflexionar. Viene a mi cabeza la maravillosa palabra finlandesa, "putkiremontti", los alquileres y el surrealismo que gira entorno a todo ello y, para qué engañarnos, la realidad de un día a día que a un español en Finlandia no deja de sorprenderle y, como siempre, quiero que quede recogido en Finland Live!, mi diario, mi cuaderno de bitácora.
Esta semana no me quedó más remedio que aprender unas cuantas palabras en finés que son muy útiles para todos aquellos que nos volvemos locos buscando un piso en alquiler en Helsinki, al menos en Helsinki. Putkiremontti, vuokra, asunnot, seuraava esittely, vesimaksu o sallitut lemmikkieläimet, son algunas de ellas, porque las otras poco a poco te las vas a prendiendo en "el cole", como digo yo. Y ¿por qué? Pues ahí viene todo el meollo de la cuestión: El putkiremontti.
Muchas veces, cuando estás aprendiendo un idioma nuevo, te preguntan cuál es la palabra que más te gusta. No sé, en inglés la mía es "neighbour" porque me suena super cool. En finés no sabría decir todavía, quizá "ymmärrä" me suena guay. Ahora, creo que ya sé seguro cuál odio, pero mucho, mucho, "putkiremontti". Esa es la palabra finlandesa que no puedo ni escuchar, ni ver escrita ni de ninguna otra forma.
Primero, ¿qué significa? La traducción literal es "fontanería". En la vida real se usa para decirte "mira maja, tenemos que reformar todo el edificio de arriba abajo porque es del año catapún, así que para una fecha "x", tienes que irte porque ni agua, ni calefacción ni nada que te sea útil para la vida cotidiana vas a tener". Y ahí te quedas tu con cara de tonta porque has de buscar otro piso. Otra vez.
El "putkiremontti" es una de las venganzas más grandes que yo he vivido. No sólo porque me obliga a buscar piso, si no porque esta gente a las siete de la mañana ya está dando porrazos, talandrando o lo que sea que hagan por todas partes. ¡A las siete de la mañana! Pero, de verdad, esto en la mente de un españolito de a pie no entra en la cabeza, hay unas horas prudenciales que no deben tocarse para nada y una de ellas es esta.
Pero bueno, al final esta gente va por libre y lo que he aprendido de todas, todas, es que has de asimilar su forma de vida, su manera de hacer las cosas, o sea su "way of life" si quieres vivir en su país. Y, aunque es difícil y complicado a veces, lo intento cada día, no siempre con éxito, claro. Así que bueno, asumiendo que a esa hora el taladro hace estragos ya hasta que se cansan, terminan o acaba la jornada laboral, no te queda otra que cargar las pilas y ponerte a buscar piso.
Y aquí es donde alquileres y surrealismo se funden en uno en Finlandia. Yo acostumbro todavía, aunque cada vez menos, a pensar como una madrileña. Así que dices, "venga a buscar piso". Primera diferencia: No te flipes con que vas a patearte la calle, como harías en Madrid, y que visitarás cada día cuatro o cinco pisos porque aquí la historia no funciona así. Aquí o acudes a páginas web dedicadas a recoger un listado de pisos siempre dispuestos por agencias, miras qué muestras hay ese día, mandas mil mails (que casi nadie contesta, porque eres un "guiri" y sólo por eso ya eres el último de la lista) o directamente vas a las agencias inmobiliarias a buscar piso, o no te comes nada.
Después de esto, la cosa no mejora ni se hace más accesible sino todo lo contrario, se vuelve más surrealista. Una vez te das cuenta de que lo de los mails no sirven de mucho, aunque sigas haciéndolo, decides empezar a visitar los pisos que te interesen, después de hacer búsquedas en las webs o registrarte como solicitante en las propias agencias inmobiliarias. Bien. Segunda diferencia: No por esto tienes derecho a visitar un piso, que te guste y puedas quedarte ya en él. Aquí es el comercial el que elige "el mejor postor" para su cliente, en este caso el dueño del piso, no tu. Así que, llegas allí, después de acudir al lugar donde vive el hermano de Joulupukki, para visitar un piso que se ajuste a tu presupuesto, que esa es otra de lo "baratito" que está todo aquí olvídate del centro y alrededores. Coges el metro, buses, etc, y cuando llegas allí, ves el piso, te dan una hoja con un formulario que tienes que rellenar y entregar al comercial para que éste decida si eres el apropiado para vivir allí o no.
La risa. O sea, me he recorrido medio Helsinki, me ha faltado decirle al hermano de Santa lo que quiero que me traiga la próxima Navidad, y he estado cinco minutos en un piso para verlo, recoger un papel, que luego has de enviar por mail si no lo entregas en mano al comercial, y te vas.
Siguiente paso surrealista en el mundo de los alquileres finlandeses. Llegas a casa con el papel y te tienes que volver loco para rellenarlo. Entre los datos básicos de toda solicitud que se precie, has de comunicar dónde trabajas, tipo de empresa, sueldo y otros datos de semejante calibre que, al comercial le sirve para tomar una decisión sobre el inquilino en cuestión, y a ti para aprovechar a "venderte" mejor que tu competencia. Es una buena fórmula para aprender a saber venderte, lo vas a necesitar si no quieres acabar en un albergue o debajo de un puente.
La parte en que consigues ser el seleccionado todavía no la he vivido y espero, sinceramente, que se produzca pronto porque si no puede estar gracioso que Finland Live! se traslade al mundo del "homeless" al más puro estilo norteamericano. Con lo fácil que es encontrar una casa en España, tres días de pateo, ves diez pisos, eliges el que mejor sea para ti y dazando. Así es Finlandia señores, no es el "país de las maravillas".
Pero bueno, al final esta gente va por libre y lo que he aprendido de todas, todas, es que has de asimilar su forma de vida, su manera de hacer las cosas, o sea su "way of life" si quieres vivir en su país. Y, aunque es difícil y complicado a veces, lo intento cada día, no siempre con éxito, claro. Así que bueno, asumiendo que a esa hora el taladro hace estragos ya hasta que se cansan, terminan o acaba la jornada laboral, no te queda otra que cargar las pilas y ponerte a buscar piso.
Y aquí es donde alquileres y surrealismo se funden en uno en Finlandia. Yo acostumbro todavía, aunque cada vez menos, a pensar como una madrileña. Así que dices, "venga a buscar piso". Primera diferencia: No te flipes con que vas a patearte la calle, como harías en Madrid, y que visitarás cada día cuatro o cinco pisos porque aquí la historia no funciona así. Aquí o acudes a páginas web dedicadas a recoger un listado de pisos siempre dispuestos por agencias, miras qué muestras hay ese día, mandas mil mails (que casi nadie contesta, porque eres un "guiri" y sólo por eso ya eres el último de la lista) o directamente vas a las agencias inmobiliarias a buscar piso, o no te comes nada.
Después de esto, la cosa no mejora ni se hace más accesible sino todo lo contrario, se vuelve más surrealista. Una vez te das cuenta de que lo de los mails no sirven de mucho, aunque sigas haciéndolo, decides empezar a visitar los pisos que te interesen, después de hacer búsquedas en las webs o registrarte como solicitante en las propias agencias inmobiliarias. Bien. Segunda diferencia: No por esto tienes derecho a visitar un piso, que te guste y puedas quedarte ya en él. Aquí es el comercial el que elige "el mejor postor" para su cliente, en este caso el dueño del piso, no tu. Así que, llegas allí, después de acudir al lugar donde vive el hermano de Joulupukki, para visitar un piso que se ajuste a tu presupuesto, que esa es otra de lo "baratito" que está todo aquí olvídate del centro y alrededores. Coges el metro, buses, etc, y cuando llegas allí, ves el piso, te dan una hoja con un formulario que tienes que rellenar y entregar al comercial para que éste decida si eres el apropiado para vivir allí o no.
La risa. O sea, me he recorrido medio Helsinki, me ha faltado decirle al hermano de Santa lo que quiero que me traiga la próxima Navidad, y he estado cinco minutos en un piso para verlo, recoger un papel, que luego has de enviar por mail si no lo entregas en mano al comercial, y te vas.
Siguiente paso surrealista en el mundo de los alquileres finlandeses. Llegas a casa con el papel y te tienes que volver loco para rellenarlo. Entre los datos básicos de toda solicitud que se precie, has de comunicar dónde trabajas, tipo de empresa, sueldo y otros datos de semejante calibre que, al comercial le sirve para tomar una decisión sobre el inquilino en cuestión, y a ti para aprovechar a "venderte" mejor que tu competencia. Es una buena fórmula para aprender a saber venderte, lo vas a necesitar si no quieres acabar en un albergue o debajo de un puente.
La parte en que consigues ser el seleccionado todavía no la he vivido y espero, sinceramente, que se produzca pronto porque si no puede estar gracioso que Finland Live! se traslade al mundo del "homeless" al más puro estilo norteamericano. Con lo fácil que es encontrar una casa en España, tres días de pateo, ves diez pisos, eliges el que mejor sea para ti y dazando. Así es Finlandia señores, no es el "país de las maravillas".
Por cierto, la misma semana que publiqué este post, encontré piso por fin, eso sí, en septiembre he de cambiarme otra vez ¿por qué? ¡Porque hay otro putkiremontti! La pesadilla nunca acaba en wonderworld.
ResponderEliminarNooooo, odio yo también el putkiremonttis este. Estuve viviendo en Suecia y allí la gente también hace unos horarios... a las 5am ya están todos haciendo jogging y footing (my god!)
ResponderEliminarY sobre los porrazos, a mí esto me ha llegado a pasar en España, no a las 7, pero sí a las 8am... y yo trabajando de noches. Te puedes imaginar...
Muy entretenido el post, y me alegro que encontraras un nuevo piso. Muchísima suerte Raquel :)
Te voy leyendo ;)
Diana.
Gracias Diana, espero que no tengamos que vivir más putkiremonttis más, nos lo merecemos... :P Gracias por leeerme! :D
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