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jueves, 13 de marzo de 2014

¿Integrada en la Sociedad Finlandesa?



¡Buenas gente! Ayer estaba una de mis clases de inglés y estuvimos hablando sobre cómo asumen las costumbres finlandesas los extranjeros que deciden venir a vivir a Finlandia. Cuando regresaba a casa en el metro, pensaba "¿yo estaré integrada en la sociedad finlandesa ya? Y comencé a reflexionar en tópicos típicos y no tan tipical sobre Finlandia y en cómo lo había llevado estos meses de estancia en Helsinki. Y, aunque ahora os contaré más tranquilamente, creo que sí ¡lo conseguí! (con éxito relativo).

Si pienso en cuando llegué y en lo perdida que estaba, aún conociendo ya el terreno, y me veo ahora intentando hacer una vida en Finlandia, está claro que algo ha cambiado. Quizá sea, precisamente, que mi adaptación al país está siendo lenta, pero real. La gente suele pensar que Finlandia es el "país de las maravillas", pero no es así. Me alegro de no haberme dejado llevar sólo por los comentarios positivos sobre el país y haber sido capaz de tener en cuenta los aspectos negativos para no llevarme "la decepción".

Y... ¿Cómo puedes darte cuenta de que tu integración en el país es verdadera? Yo lo he descubierto haciéndome unas preguntas a mi misma. Ahí van, para que quede patente en Finland Live! de que es difícil, pero no imposible adaptarse a un país nórdico y, en concreto, a este que es más que duro.

Te das cuenta de que estás integrada en la sociedad finlandesa cuando...


.- Cuando andas por la zona peatonal teniendo en cuenta que el carril bici es como el de los coches o el de los autobuses, intocable.

.- Cuando te habitúas a practicar algún tipo de deporte por lo menos tres o cuatro veces por semana.

.- Cuando coges buses, tranvías y metros como si lo hicieras en tu país. De tal forma que, cuando vuelves a tu tierra, no sabes ni por dónde te andas y te pasa como a mi que parecía que venía de la película "Vente a Alemania, Pepe".

.- Cuando corres al supermercado (K-Market, Lidl, Alepa o similar) a comprarte un bote, el más grande que haya, de vitamina D para sobrellevar la oscuridad del Otoño finlandés.

.- O, lo que es mejor, cuando dejas de tomarte esas vitaminas porque ya puedes con eso y más.

.- Cuando sales a la calle, ya sea a clase, de fiesta o a tomar un café con amigos, sin importarte si llueve, truena o nieve.

.- Cuando te acostumbras a beber glögi acompañado de Joulutortut como el que se toma un vaso de leche y magdalenas en Madrid.

.- Cuando vas al super a comprar y entiendes todas y cada una de las palabras que describen lo que estás comprando. Todo está en finés, evidentemente.

.- Cuando vuelves a Helsinki después de Navidad y llegas a más de las tres y media de la tarde y alucinas porque todavía ves luz.

.- Cuando no te da ningún tipo de pereza ir a un concierto a pesar de que hay -17º en la calle o cuando está cayendo una nevada importante, con viento incluído, y sales a cenar y a tomar algo sin problema.

.- Cuando empiezas a no ponerte más ropa debajo de los pantalones por encima de los -10º porque tu cuerpo no lo necesita. Vas con tus vaqueros y tan feliz.

.- Cuando miras el termómetro para ver qué temperatura hace en la calle, ves que son -5º ó -7º y piensas "hoy no hace frío".

.- Cuando ves que caen, de los tejados al suelo, pedrolos de nieve del tamaño de tu cabeza y no te da miedo a morir escalabrada.

.- Cuando empieza a llover y ves la nieve desaparecer o cuando no nieva a menudo y te da pena no verlo todo blanco.

.- Cuando ves tres días de sol seguidos, con temperaturas por encima de 0º grados y piensas en guardar los "plumíferos térmicos" y los jerséis gordos de lana en el armario porque crees que está llegando el verano.

.- Cuando dejas de ponerte botas de agua con forro polar, botas de nieve o similar y te plantas las zapatillas que te pondrías en Madrid en enero tan tranquilamente y sin miedo al frío, también cuando dejas de usar guantes o el gorro de lana ya te estorba en la cabeza, por el mismo motivo que antes, "si es que hace 5º, voy a pasar calor".

.- Cuando hablas del reciclaje en clase y, al decir el nombre de cada cubo de basura, no sabes decirlo en inglés y te sale en finés como si fuera el idioma de tu vida.

.- Cuando ves a un español como tu y te parece raro, te sorprendes y te saludas con él como si le conocieras de toda la vida.

.- Cuando te has acostumbrado a que nadie te abrace y te resulte raro que alguien lo haga, con alguien me refiero a un finlandés o finlandesa.

.- Cuando te presentan a alguien, sea de donde sea, y ya no sabes si dar dos besos o dar la mano.

.- Cuando se te acerca uno de los dos mil borrachos que hay por la calle, lo siento pero es así, y en lugar de darte miedo y correr, le miras con indiferencia y pasas. 

.- Cuando llegas a Madrid, entras en casa y lo primero que haces es quitarte los zapatos.

.- Cuando flipas porque son las seis de la tarde y es de día aún.

.- Cuando aceptas el Lonkero como bebida para un finde, pero prefieres mil veces beber cerveza y, si es Karhu, mejor.

.- Cuando no buscas vino en el super y vas directamente a Alko para comparte una botella sin ni siquiera darte cuenta de lo que acabas de hacer, vamos que estás más pendiente del horario de Alko que del horario de los supermercados.

.- Cuando ves a niños de diez años u once en adelante, solos por la vida, yendo al cole o a entrenar, y no te sorprende.

.- Cuando la gente te dice "quedamos a las nueve en Itis" y no te quedas con cara de tonto sin saber qué es Itis porque, de natural, ya has asimilado dónde tienes que ir.

.- Cuando prefieres que esté nevando infinito a que llueva.

.- Cuando has aprendido a abrigarte tan bien que te sientes orgullosa de no haberte asado de calor porque, por fin, has acertado con la ropa que te has puesto.

.- Y así, etc, etc, etc. Por todas estas razones, te das cuenta de que, sí, te estás integrando en la sociedad finlandesa, no sin problemas ni dificultades, pero lo estás haciendo. Todavía me queda mucho camino, pero ¿ya he dado pasos muy grandes verdad?

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2 comentarios:

  1. Te sientes mucho más finlandés cuando estás en invierno y te enteras de que los españoles "normales" necesitan pastillas de vitamina D, y a ti ni te ha hecho falta nunca ;D
    Muy buena la entrada!! :D

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    1. Totalmente, fui una de ellos aunque me duró poco... En diciembre dejé de tomarlas y hasta hoy. Creo que las tomé un mes :P Así que... ¡gracias como siempre Michán! :D

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